El puerto hacia el continente, el mítico estrecho guardado por Escila y Caribdis, Messina sorprende con sus estratos históricos, su Catedral y su torre astronómica, la orientalizante iglesia de Santa María Annunziata de los Catalanes y sus escaleras que fatigan y premian con sus vistas del mar que une aguas del Jónico con las del Tirreno.