Normanda y barroca, superviviente y poderosa, la Catedral de Catania es un libro que elocuente despliega ante el observador un elegante lenguaje ocultista empeñado en develar la verdad. Dedicada a Santa Ágata, virgen cristiana martirizada y ejecutada en el siglo III bajo el reinado y los decretos del emperador Decio, es un templo dedicado al Bien, Santo Grial a conseguir al tiempo que se transcurre y pasa en el crisol de la existencia.
La inscripción “N.O.P.A.Q.V.I.E.” (“Noli offendere Patriam Agathae quia ultrix iniuriarum est”, "No ofender a la patria de Ágata pues ella es vengadora de toda injusticia”).